VÍBORA DE CASCABEL
(Crotalus Durissus Terrificus)
De gran robustez, alcanza entre los 30 y 230 cm de longitud. La caracteriza el apéndice córneo que exhibe en el extremo de la cola, compuesto de hasta 14 segmentos engarzados entre sí y que producen un sonido característico cuando el animal, excitado, los agita. Color de fondo castaño nuez claro, con una serie de 18 ó más rombos, de eje mayor medio dorsal, más oscuros que el fondo y delimitados por escamas blanquecinas. En los flancos presenta triángulos oscuros, bordeados de claro, con un ángulo apuntando hacia dorsal, algunos enfrentándose con los vértices de los rombos dorsales. En la zona del cuello presenta dos líneas latero dorsales longitudinales blanquecinas longitudinales de una escama de ancho y las filas de escamas que quedan así delimitadas, son de coloración más oscura. Dorso de la cabeza con dos franjas longitudinales algo más oscuras que el color de fondo. El vientre es de color crema e inmaculado.
Habita zonas de campo o monte sucio, preferentemente pedregosas.
Se alimenta casi exclusivamente de mamíferos, especialmente roedores. Es una especie relativamente agresiva, pero como suele agitar su «cascabel» antes de morder, la víctima potencial queda advertida de su presencia.
Venenos y síntomas: los venenos de coral y cascabel son de naturaleza neurotóxica. Afectan el sistema nervioso central y periférico.
Entre los síntomas que produce en el paciente, mencionamos: hormigueo en la zona oral y nasal; problemas en la visión; dificultades en la respiración (por parálisis de los músculos respiratorios); enfriamiento, palidez y sudoración profusa. En los casos fatales, la muerte se produce por paro cardio respiratorio.
El veneno de cascabel produce además hemólisis (rotura de los glóbulos rojos, con la liberación del pigmento hemoglobina), hemogiobinuria (hemoglobina en la orina), con nefrosis yanuria (daño renal).
La difusión de estos venenos en el organismo es muy rápida, razón por la cual el paciente debe ser trasladado con urgencia al centro asistencial más próximo.
VÍBORA DE LA CRUZ
(Bothrops Alternatus)
Es de complexión robusta y su tamaño oscila entre 25 y 150 cm. Color de fondo pardo castaño de tonalidad variable que, según el individuo, puede ser claro o muy oscuro. Exhibe, a cada lado de su cuerpo, una serie de 24 ó más manchas, redondeadas dorsalmente, que pueden oponerse o alternarse con las del lado opuesto.
Dichas manchas, castaño oscuras o casi negras, presentan un fino trazo blanquecino que las bordea. Desde su extremo inferior hacia arriba avanza una inscripción cruciforme más clara, dando a cada mancha el aspecto en «C» de un tubo de teléfono. Más ventralmente, aparece una serie de grandes lunares castaños, bordeados de oscuro. Sobre la cabeza, de fondo castaño oscuro, se advierte un diseño de líneas angostas blanquecinas en forma de ballesta y, ocasionalmente, una pequeña cruz. Una línea transversa une los ojos.
La zona gular presenta dos bandas longitudinales oscuras que, naciendo en el mentón, divergen hacia atrás, sustituyéndose en la zona del cuello por una banda media. El vientre, de fondo crema, está salpicado de pequeñas manchas oscuras.
Habita zonas bajas, pajonales, esteros, bañados, campos y montes, junto a cuerpos de agua. Su distribución es amplia.
No es particularmente agresiva, la mayoría de los accidentes se produce al pasar muy cerca de ella, al pisarla o al molestarla, o hurgando con la mano en lugares no accesibles a la vista, como dentro de cuevas de «pichi», donde frecuentemente se refugia. Suele ingresar a las habitaciones rurales en busca de roedores y a los campamentos.
VÍBORA YARARÁ
(Bothrops Neuwiedii Diporus)
En la cabeza no hay manchas blancas, como en la de la cruz, sino manchas oscuras sobre un fondo pardo terroso. A lo largo de su cuerpo se aprecian figuras triangulares, con las bases hacia abajo y los vértices hacia la línea media, arriba.
A veces estos triángulos se unen y, vistos de arriba, semejan moños. El vientre de yarará es liso, sin manchas.
No es particularmente agresiva, la mayoría de los accidentes se produce al pasar muy cerca de ella, al pisarla o al molestarla.
Venenos y síntomas: los venenos de yarará y de la cruz, son de naturaleza necróxica, destructora de tejidos.
Producen dolor local, edema (hinchazón) rojo, duro, caliente, que va ascendiendo lentamente por el miembro afectado. Puede haber flictenas (ampollas), llenas de líquido sanguinoliento. Puede producir necrosis o muerte de los tejidos afectados, con llagas o heridas a veces extensas. en ciertos casos puede haber hemorragias por boca, nariz y oídos.
Estos venenos son pesados, de lenta difusión. No obstante el paciente debe ser trasladado lo más rapidamente posible, para la aplicación del suero correspondiente.
ARAÑA «RASTROJERA» O «VIUDA NEGRA»
(Latrodectus)
Es fácil de identificar. Son negras, de unos 10 mm de longitud, sin contar las patas; en el abdomen presentan manchitas rojas en variada cantidad y diseño. No hay manchitas rojas ni en las patas ni en otra parte del cuerpo, solo en el abdomen. Una particularidad de estas arañas es que se suspenden patas para arriba en sus telas.
Veneno: es de naturaleza neurotóxica. Produce horribles dolores, contracturas diversas (tipo calambres), sudoración profusa, sensación de muerte inminente.
El suero específico antilatrodectus actúa rápidamente, atenuando los síntomas, a veces en menos de dos horas.
ARAÑA «HOMICIDA»
(Loxosceles)
La araña homicida mide entre 8 a 16 mm. Posee seis ojos, en tres pares. Su color general es castaño claro, siendo su abdomen de color pardo ceniciento. Es de hábitos eminentemente nocturnos. En los hogares, busca lugares oscuros y tranquilos para habitar.
Veneno: es de acción necrotóxica y hemolítica. El peligro estriba en que no se elabora en nuestro país suero contra el veneno de esta araña.
Cuando pica esta araña, pueden presentarse dos cuadros clínicos distintos: uno más o menos benigno, que produce una extensa necrosis que tarda en cicatrizar. El otro grave, afecta a los tejidos, hepáticos, renal y sangre.
ESCORPIÓN
(Tityus trivittatus)
Son fáciles de identificar, ya sea por su «cola» y por sus pinzas. La única especie peligrosa que hay en Santiago, posee tres líneas oscuras paralelas sobre el dorso: dos laterales y una en la línea media. Sus pinzas son delicadas y estilizadas.
Veneno: esta especie es muy común en nuestra provincia y produce varios accidentes por año. Los casos más graves se presentan, por lo general, en niños y ancianos. El veneno es neurotóxico. En casos leves, hay dolor quemante en la zona bulnerada, que puede irradiar a todo el miembro afectado. Puede haber inflamación local, también algunos dolores articulares y hasta una suave agitación (problemas respiratorios leves). No obstante, los síntomas se van atenuando paulatinamente y ceden aún sin medicamentos.
De todas formas, se sugiere aplicar antitoxina tetánica. Al ocurrir el accidente, se sugiere colocar hielo en la zona afectada, ya que reduce la inflamación y calma el dolor.
En los casos graves, además del dolor agudo quemante hay náuseas, vómitos, hipertermia (alta temperatura), sudoración profusa, taquicardia extrema (pulso muy acelerado), movimientos involuntarios en los músculos del rostro y ojos.
RANA CORALINA
(Leptodactylus laticeps)
Sapo de 12 centímetros de longitud de cabeza ancha y ojos prominentes. Posee una coloración de fondo amarillo verdoso, con manchas redondeadas de color marrón con centro rojo vivo, distribuidas sobre el dorso.
Su vientre es blanco, con la garganta amarillenta y algunas marrones o gris claro.
No está capacitada para inocular veneno por mordedura ni posee aguijón, pero la secreción mucosa de su piel es venenosa.
Por contacto prolongado con la piel del hombre, puede provocar síntomas de intoxicación. El cuadro se inicia con violentos estornudos y prosigue con malestar general, náuseas, sudoración abundante, vértigos. Localmente se siente un leve escozor.
Suele alojarse en cuevas de vizcachas, por ello hay que tomar las debidas precauciones al respecto.
No la utilice como carnada para la pesca. No la toque con la mano desnuda. No trate de embalsamarla.
Más vale prevenir que… |
Serpientes
¡Lo que no debe hacer nunca!
Lo que si debe hacer
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Arañas
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Escorpiones
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Bibliografía:
Instituto de animales venenosos Dr Jorge W. Abalos
Serpientes, arañas, escorpiones … son peligrosos. Serie divulgación Nº1 – 1986
Textos: Profesor Nestor Urtubey y Dra. Miriam de Barrionuevo
Impresiones arte
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